Créase o no, está cercano el día
en el que aparcera un ciudadano a lo mejor latinoamericano y que no
necesariamente tendrá que llevar el nombre de Alejandro magno pero que si será tan
osado y temerario pues con sus poderosa espada cortará de un solo tajo el fatídico
nudo que aprieta la garganta del glorioso pueblo cubano, que le fue impuesto
por el imperio norteamericano por diferencias ideológicas con los líderes de la
revolución socialista.
Según la leyenda había un país en
el viejo continente, que para llegar a ser rey del mismo, había que llenar ciertos requisitos. Ese país se
llamaba frigia en el que una vez un campesino que se llamaba gordias hizo un
nudo en una soga, con la cual amarraba el yugo que le colocaba en el yunque a
sus bueyes, y según esa leyenda dicho nudo se convirtió en imposible de
deshacer, por lo que se impuso como requisito que el que lo desatara se convertiría
en el rey de frigia. Entonces vinieron aspirantes de todo el continente y
ninguno pudo desatar el misterioso nudo, lo que indica que todos los que
vinieron fracasaron en el intento de ser rey, hasta que llego Alejandro magno
al establo donde estaban los bueyes.
Alejandro pensó un poco, luego
saco su poderosa espada y corto las cuerdas de un tajo, y desde las alturas el
padre de los dioses aprobó su acción; es lo mismo cortarlo que desatarlo, fue
el veredicto del dios Zeus. Alejandro ha sido siempre un ciudadano de la
historia mundial; vino a frigia y corto el nudo gordiano. Así mismo, un día
cualquiera aparecerá un ciudadano semejante salido de la isla de José Martí,
maceo, máximo Gómez y Fidel castro, que con su poderosa espada, cortará para
siempre el nudo que aprieta la garganta y asfixia al glorioso pueblo cubano.
Ojalá que a partir de ese día, el
imperio norteamericano le permita a los pueblos del mundo elegir libremente a
sus gobernantes.
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