Por fin tronó el papa Benedicto
XVI jefe del poderoso imperio religioso romano, que más bien debiera llamarse
italiano en honor al país donde tiene su asiento el monarca cristiano, a no ser
que la monarquía papal haya preferido el actual nombre, para así tener que
recordar siempre el criminal expansionista imperio romano y su avasallante
ejercito conquistador. O quizás la nobleza y mezquina grey cristiana haya
preferido ese famoso nombre para recordar y no olvidar jamás las atrocidades
cometidas por el poderosísimo ejercito de la llamada santa inquisición,
creación de la santa madre iglesia católica y sus papas, los que se extendieron
hasta los siglos XIX y XX imponiendo criterios y contribuyendo a tumbar
gobiernos elegidos por los pueblos y que los genios católicos consideraban
contrarios a los intereses de esa religión como fue el caso de la República Dominicana donde los jefes religiosos cristianos participaron activamente en
las conspiraciones para derrocar al profesor Juan Bosch el 25 de septiembre del
1963 al que acusaban permanentemente de ser comunista, ateo, enemigo de Dios,
de la iglesia católica y de la democracia representativa, la que con su
practica le ha ocasionado múltiples calamidades a la humanidad en general.
A los ejércitos de la inquisición,
creación de la iglesia católica y los papas se les ordenaba apresar y quemar
vivos a millares de personas y a otras tantas se les pasaba por las armas degollándolos
y a muchos mas se les torturaba por el sólo hecho de no querer ser católico o
por no creer en lo que le decía la iglesia acerca de dios, el cielo y el
diablo. La verdad es que algún insecto con aguijón bastante grande debió
haberle picado a nuestro queridísimo papa Benedicto XVI que lo obligó a
pronunciarse de la manera que lo hizo, pues nunca antes en la historia del
cristianismo, otro pontífice se había manifestado tan airado en contra de los
que provocan la violencia en el mundo, y aunque no mencionó nombre alguno,
todos sabemos muy bien quienes son; en primer lugar el imperio yanqui y sus
lacayos y socios, los llamados imperios de la antigüedad, Inglaterra, Francia,
España.
En la plaza san pedro, el primero
de enero de este año dijo: aprovecho la tradicional misa del gallo para clamar
a dios que demuestre su poder y arroje su fuego sobre la vara del opresor, la túnica
llena de sangre y las botas de los soldados, como forma de imponer la anhelada
paz mundial, imploró a dios arrojar fuego contra las botas estrepitosas de los
soldados y la vara del opresor e imploró a dios arrojar fuego en contra de los
que provocan la violencia. Como cuando Jesús echo del templo a los mercaderes y
arremetió contra lo que definió fiesta del comercio en lo que se ha convertido
la navidad y proclamo que Jesús nació en un pesebre y no en palacio de reyes y
dijo el que tenga oído para oír que oiga.
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