Ahora que se ha conformado el nuevo poder judicial
con figuras salidas de todos los ámbitos de la sociedad dominicana, y que al
parecer todos y todas tienen sobrada
capacidad profesional y de trabajo, además reconocidos intocables en lo moral y
ético. Sería bueno que los que viven despotricando en contra de los que
administran algo que tenga que ver con el estado dominicano, incluyendo al
presidente de la republica al que acusan permanentemente de ser el corrupto
número uno del país.
Esos detractores y simuladores,
pues sabemos de su comportamiento cuando les ha tocado gobernar, deberían
aprovechar ese nuevo e idóneo instrumento judicial para someter a los
tribunales a todo el que ellos consideren corruptos estén o no dentro de la
administración pública. Pero que lo
hagan ahora antes de las elecciones del veinte de mayo próximo, citando a cada
quien por su nombre, sino que callen para siempre y así adecentaríamos la
actividad política que hoy en día se ejerce de forma dislocadora y opresora de
conciencia colectiva.
Si los despotricadores no actúan
utilizando la nueva justicia, pondrán a conocimiento su ignorancia, usando el
chisme como arma política, dañando así lo ms bello y puro después de la
filosofía, como dijera Juan Pablo Duarte, padre de la patria, la que reniegan
los que actúan con malas artes en la actividad política y en su vida cotidiana, convirtiéndolos en
arrogantes, cínicos, provocadores, anárquicos.
Ojala recapaciten para bien de
todos y que además la Junta Central Electoral como organismo rector del proceso
electoral y de los partidos políticos aconseje a uno y otro.
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