A los hombres y mujeres militantes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se nos enseñó a creer firmemente en la verdadera Democracia y en las instituciones que conforman el Estado Dominicano.
Se nos enseñó a respetar la sagrada voluntad del pueblo, se nos enseñó a no resquebrajar esa voluntad popular, para obtener prebendas políticas o de cualquier otra índole.
Se nos enseñó a respetar la sagrada voluntad del pueblo, se nos enseñó a no resquebrajar esa voluntad popular, para obtener prebendas políticas o de cualquier otra índole.
Se nos enseñó además, a no desviar la credibilidad del pueblo en las instituciones Democráticas mediante expresiones de inducción o manipulación, que es el método usual de determinados partidos del sistema (aclaro) no del sistema democrático, sino del sistema que esos partidos, imponen caprichosamente y que todos sabemos, aun sus propios correligionarios, que son el peculado, la corrupción, la represión política y el crimen.
Y como no somos iguales, ni de forma, ni de fondo, usan la política del descrédito y la provocación, diciendo improperios del gobierno y del partido tratando de arrastrar a una parte de la población al pasado…
Y como no somos iguales, ni de forma, ni de fondo, usan la política del descrédito y la provocación, diciendo improperios del gobierno y del partido tratando de arrastrar a una parte de la población al pasado…
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