jueves, 7 de abril de 2011

Haití, Glorioso y Mártir (I)


Los países latinoamericanos, en especial los que hablan español, deberían demostrar mayor solidaridad y hermandad americanista y destinar una buena partida de sus presupuestos y crear un banco de ahorro para solventar desastres naturales y así ayudarse mutuamente en los casos de ocurrencia de esos fenómenos de la madre naturaleza como terremotos, huracanes, inundaciones, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra etc. en los cuales haya que auxiliar a cualquiera de los países del continente, menos a la nación norteamericana. 

Por considerar que puede auxiliarse así misma pues ha demostrado que dilapida miles de millones de dólares en guerras innecesarias, ocupando países masacrando vidas de humanos y de millones de otros seres vivientes con el propósito de apropiarse de las riquezas de dichos pueblos especialmente si son productores de petróleo, uranio, oro, plata, hierro, etc.

El imperio norteamericano se considera dueño de todo, por eso tienen más de cuatrocientas bases militares rodeando el planeta tierra equipada con toda clase de armas modernas; así que ojo pelao a todos los habitantes, mirémonos en el espejo de Irak, Afganistán, Libia, Haití, país donde secuestraron un presidente y lo exiliaron en África, y así mismo secuestraron su república desde que lo sacaron de su Haití. Pero ahí tenemos el Haití, que siempre a través de la historia ha sido maltratado por los dioses imperiales, capitalistas, colonizadores, esclavistas. El Haití valiente que maniató con cadenas y grilletes se reveló un día 14 de agosto de 1797, derrotó a los esclavistas franceses y a otros dos imperios que también vinieron a pisotearlo ayudando a los oligarcas sanguinarios.


Ahí esta el siempre glorioso Haití, pionero de la independencia de los pueblos de América; un país que explotado y empobrecido por la Francia de la gran revolución de 1789 la que estableció grandes conquistas para la humanidad, le negaba la libertad a los esclavos de sus colonias especialmente a las de América. 

El profesor Juan Bosch dice: Haití inició su revolución anti esclavista el 14 de agosto de 1791 en un lugar llamado monte caimán donde habían numerosos ingenios por lo que también habían muchos esclavos; esa revolución iniciada al principio por un esclavo de nombre Bauckman atacó una propiedad de su amo Francés que tenía dos ingenios con muchos esclavos que se aprovecharon de la agitación creada por las contradicciones entre varios grupos de oligarcas esclavistas provocada por la nueva situación en Francia que había hecho la revolución en contra de la nobleza feudal y había puesto a los grupos oligarcas de Haití a pelearse entre si, por la nueva modalidad de gobierno recomendado por la revolución para Haití.

Eran unos 600,000 haitianos en esa pequeña parte de la isla de santo domingo y que España cedió a Francia mediante el tratado de reyswick el 20 de septiembre de 1797 se extendió rápidamente con tal violencia que en poco tiempo ardían las finas de cañas, los cafetales y también las viviendas lujosas de los amos de esclavos enfurecidos mataban a sus amos, a sus mujeres e hijos lo que se explica por la explotación sin misericordia usada por una oligarquía que obligaba a los esclavos a funcionar como máquinas.

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