lunes, 14 de junio de 2010

Finalizando el comentario sobre Claudio Caamaño

Por. Francisco-chino- Vásquez

Dijimos en el articulo anterior, que los genérales golpistas al verse derrotados por los constitucionalistas, pidieron ayuda a los norteamericanos y estos enviaron para salvarlos 42000 efectivos militares equipados con armas modernas de aquellos tiempos, lo que cambió radicalmente el giro de los acontecimientos, pues el conflicto pasó a ser, de un problema entre los dominicanos constitucionalistas y no constitucionalistas, a una guerra patria de dominicanos patriotas contra las tropas invasoras norteamericanas, las que desembarcaron un enjambre de hombres bien armados por varios puntos de la ciudad capital e inmediatamente se posesionaron de varias áreas estratégicas de la metrópolis, reorganizaron el ejercito de los generales derrotados y lo trasladaron a la zona norte de la ciudad capital, para hacer , la llamada limpieza, la que no fue más que matanzas, torturas y apresamientos de civiles inocentes residentes en esos barrios pobres y muy pobres pero que a los Yanquis y los militares criollos derrotados, les parecían comunistas o constitucionalistas.

La verdad es que, las tropas norteamericanas y los militares criollos dirigidos por los generales golpistas rehabilitados por los yanquis apoyado ambos por la OEA y la FIP, se dedicaron a cometer todas clases de tropelías contra el pueblo en general, en especial, contra la zona constitucionalista, la que bombardeaban constantemente de noche y de día con armas pesadas y livianas, dizque para doblegar a los rebeldes, sin pensar en los civiles residentes allí.

Lo cierto es, que la superioridad y criminalidad de los militares Yanquis , los descomunales abusos de militares y policías dominicanos que cometieron ambos, contra la población, con el apoyo de la OEA, la FIP y el departamento de Estado norteamericano, las malas condiciones materiales de existencia de los revolucionarios en la zona constitucionalista, y otros muchos factores importantes, obligaron al gobierno revolucionario encabezado por el coronel Francisco A Caamaño D. a aceptar una propuesta dizque de paz, llamada acta institucional formulada por el ministerio de colonia mayor del imperio Yanquis, llamado OEA.

Ese acuerdo resultó ser, una vil traición a los revolucionarios constitucionalistas civiles y militares, pues inmediatamente entregaron las armas, como se había acordado, y abandonaron la zona de guerra controlada por los constitucionalistas, comenzó la casería y matanza en todo el territorio nacional de los patriotas que habían derrotados a los verdaderos enemigos de la patria y enfrentados con valentía y gallardía a las tropas invasoras norteamericana.

La venganza de los apatridas fue implacable y cientos y cientos de dominicanos, fueron asesinados por la CIA Yanqui y muchos otros eran apresados y torturados en los cuarteles en el gobierno provisional de García Godoy y por los organismos  de seguridad del gobierno de Joaquín Balaguer, quien nos fue impuesto por el imperio, mediante un azaroso fraude electoral en las elecciones del 1 de Junio del 1966, acordadas en negociaciones de la llamada acta constitucional, ya mencionada.

La mayoría de los jefes militares, dirigentes del movimiento constitucionalista, fueron desterrados e impedidos de entrar a la patria por la cual defendieron con las armas en las manos, contra los malos dominicanos y los invasores norteamericanos.

Entre esos desterrados estaba el mayor de la patria, Claudio Caamaño, y por eso aparecen las fichas de él y el coronel Francisco A. Caamaño en las fuerzas armadas y policía nacional con un sello que dice ´´ separación deshonrosa, acontecimientos de Abril 1965´´.Causas. Desertor y traidor a la patria ´´

Expresiones estas que le dicen al pueblo dominicano, que en nuestras instituciones hay personas que piensan, como en los tiempos del general Pedro Santana, quien declaró a los fundadores de la República Dominicana ´´ traidores a la patria ´´, por lo que deportó algunos, fusiló a otros y apresó a varios trinitarios.

Consideramos finalmente, que hay que eliminar el pensamiento santanita de esas instituciones y apoyar con firmeza a los patriotas civiles y militares que aun quedan vivos, y glorificar a los que han muerto

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